sábado, 22 de octubre de 2011

I.3 Ficción del déficit: I.3.2 Los gastos_2

Continuación del post: Los gastos


La Educación constituye uno de los grandes capítulos de los gastos de los Presupuestos Generales del Estado considerados en su conjunto, es decir, incluyendo dentro de ellos los de las Comunidades Autónomas que tienen transferidas las competencias.

¿Es un gasto la Educación?

Si se aplica el criterio contable empresarial como ya se ha hecho en el post anterior, es evidente que no es un gasto, sino una inversión.

No es un gasto, porque no participa con los auténticos gastos en la obtención de los ingresos del ejercicio como lo hacen los que se han visto en el post anterior. Es verdad que lo hace a la larga en forma de “capital humano”, pero precisamente esa es la característica de las inversiones, que en el mundo contable empresarial reciben también el nombre de gastos anticipados por el hecho de colaborar en la obtención de los ingresos de los ejercicios futuros.

Inversión la considera el Consejo Económico y Social en el Informe 01/2009 “SISTEMA EDUCATIVO Y CAPITAL HUMANO”, cuando dice: “Los contrastados beneficios, individuales y sociales, que reporta la inversión en educación y formación explican que en todos los países desarrollados exista consenso acerca de la necesidad de que los poderes públicos tengan un papel decisivo en este terreno. Y, más aún, de conferir rango de política de Estado, esto es, prioritaria, basada en un amplio acuerdo político y social, y estructurada en estrategias con objetivos de corto, medio y largo plazo, dotadas de suficiencia financiera y, en lo posible, de mecanismos de evaluación que permitan su mejor ajuste. Al margen de su mayor o menor grado de articulación, en todos los países europeos se observa este tratamiento sin duda porque en todos ellos la educación es una perocupación primordial de la acción de gobierno” (final de la página 10).

Y a continuación añade: “El reconocimiento y regulación del derecho a la educación se plasma en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho de alcance universal cuyo objeto estriba en el pleno desarrollo de la personalidad. La Constitución española (CE) consagra de esta forma el derecho a la educación en sintonía con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y con los tratados y acuerdos internacionales de los que España forma parte, que constituyen el marco interpretativo de los derechos fundamentales que el texto constitucional reconoce”.

Uno de los aspectos de la inversión en Educación es el carácter de perentoriedad, es decir, el de ser improrrogable o no admitir aplazamientos. Un año perdido en Educación es una pérdida total y absoluta: no se podrá recuperar nunca. Este aspecto diferencia de manera radical la inversión en Educación de otras inversiones públicas. Ejemplo: el primer AVE español, Sevilla - Madrid, se inauguró en abril de 1992; el 20 de febrero de 2008 entró en servicio la línea AVE Madrid - Barcelona, y el 18 de diciembre de 2010 se inauguró la línea LAV Madrid - Valencia (datos tomados de la WIKIPEDIA). Es decir, la inversión pública entre el primero y el segundo tren AVE se aplazó durante 17 años sin que las consecuencias para la sociedad española resultaran especialmente graves. ¿Se pueden imaginar las consecuencias que tendría si una cosa parecida ocurriera en Educación? Dicho en otros términos, ¿cómo se podrá compensar a los niños, alicantinos y otros, que han pasado en barracones toda la Enseñanza Primaria y Secundaria?

La Educación debe ser universal, pública y gratuita, porque solo así se garantiza la igualdad de oportunidades.

¿Por qué debe darse la igualdad de oportunidades?¿Por justicia, y porque así se cumple el mandato Constitucional en sintonía con la Declaración Universal de los Derecho Humanos, como se ha visto en el Informe citado más arriba?

También. Pero además, por razones pura y estrictamente económicas, que son las que se abordan en este Blog. Porque, si por falta de oportunidades, por no tener acceso a una adecuada educación, se pierde un genio nacional, la pérdida no será solamente para la persona concernida que tendrá que pasar su vida prisionera de las ataduras de la ignorancia, sino también para toda la sociedad, que se verá privada de los beneficios que el genio le hubiera podido aportar.

Sin poner las cosas al nivel de los genios, tampoco es bueno desde el punto de vista de la Economía, que todas las personas, incluso las menos geniales, no tengan la oportunidad de desarrollar el máximo que sea capaz de dar su inteligencia. Porque, como dice el estudio del CES citado anteriormente, el derecho fundamental a la educación, más allá de los aspectos fundamentales y básicos de su regulación constitucional, tales como la obligatoriedad y la gratuidad de la enseñanza básica, conecta con la exigencia de la garantía de un sistema de educación y de formación de calidad que proporcione a los individuos posibilidades reales de participación social y económica plena y de desarrollo profesional a través de la adquisición de conocimientos, competencias y cualificaciones adaptadas a las demandas del mundo laboral y productivo. Hay que insistir en que contar con una educación y formación de calidad es condición necesaria (aunque no suficiente) para impulsar la productividad y el dinamismo de la economía, facilitando la innovación y la adaptación a los cambios, y la capacidad de generación de empleo.” (página 11).

Por ser la más importante de las inversiones públicas para el desarrollo del país, y por ser una inversión que no admite aplazamientos, es necesario que tenga una financiación, que no sólo ha de ser independiente de los ingresos, sino al contrario: deben ser los ingresos los que se tienen que adaptar a las necesidades de financiación de la Educación.

¿Y eso cómo se puede conseguir?

Una de las fórmulas consiste al luchar más eficientemente contra la economía sumergida, el fraude fiscal y los robos, como ya se ha dicho en un post anterior. Otra, recuperar los impuestos cuya transferencia han aprovechado las Comunidades para reducir o incluso eliminar, generando en ocasiones injustificadas diferencias entre españoles. Diferencias cuya constitucionalidad ponen en duda autorizadas opiniones.

Si todo lo anterior no basta, y se mantiene la injustificada obsesión por el equilibrio presupuestario anual, siempre queda la solución de aumentar los impuestos. Al fin y al cabo, cuadrar las cuentas nacionales no tiene por qué resultar más complicado que cuadrar las de una comunidad de vecinos. El mecanismo es el mismo. Cuando no bastan las cuotas normales para hacer frente a los gastos e inversiones necesarios, o se aumentan las cuotas, o se procede a una derrama complementaria, o ambas cosas a la vez.


Valencià


sábado, 15 de octubre de 2011

I.3 Ficción del déficit: I.3.3 Los gastos

Continuación del tercer punto del post: “Verdades, mentiras y absurdidades (I)


Este post se dedicará a estudiar algunas magnitudes que se ha convenido calificar como gastos en su participación en la determinación del déficit.

En esto de los gastos hay bastante descontrol, porque las mismas cosas se denominan gastos o inversiones según quien habla, y a veces, las mismas personas las consideran una cosa u otra según el caso o según conviene al planteamiento que se está haciendo. Así que, a falta de otro criterio menos circunstancial, se empezará por los que se pueden considerar “gastos” utilizando el criterio contable en las líneas siguientes.

En contabilidad, los gastos se definen como la corriente de recursos que se consumen en la obtención de los ingresos. En el post correspondiente a los Ingresos, se han considerado los impuestos como los principales ingresos del Estado. Consecuentemente, aplicando un criterio contable empresarial, corresponde la calificación de “gastos” a los medios necesarios para convertir en realidad esos ingresos. Es decir, se tienen que considerar gastos, como mínimo, los costes de la inspección de Hacienda, los de la inspección de la Seguridad Social, los de los inspectores de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado dedicados a la represión del fraude fiscal, de la Seguridad Social y también de los robos (como un tipo de fraude fiscal han sido calificados en el post de los ingresos), y los de los juzgados que colaboran con los anteriores. Teniendo en cuenta que el fraude fiscal alcanza en España entre el 20% y el 25% del PIB, y que es perfectamente reducible porque es bastante menor en países de nuestro entorno, es evidente que una mejora en los medios dedicados a esta finalidad tiene que tener una compensación en el incremento de los ingresos que supere ampliamente el aumento de los costes. Por el contrario, una reducción tendría unas consecuencias similares a las del negocio del empresario que, sin más ni más, recorta el 25% de los suministros, de las materias primas, etc.: lo más probable es que obtenga una bajada parecida o mayor en cuantía por la parte de los ingresos.

Es fundamental tener en cuenta, que la eficacia de la mejora de los medios de la inspección se tiene que medir por la disminución del fraude global y no por el importe de las multas impuestas. Porque si se hace al contrario, cuando se llegara a una situación ideal en que la adecuación de los medios de inspección trajera a la desaparición total del fraude, por el convencimiento de la ciudadanía de la imposibilidad de cometerlo sin ser detectado y por lo tanto multado, se llegaría también a la conclusión de ser absolutamente ineficaz la acción inspectora por no poner ninguna multa, lo que es, evidentemente, un absurdo.

Por sí a alguien todavía le quedan dudas sobre la importancia de la lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal, por ella misma y al margen del objetivo general del Blog (justificar lo absurdo del paro) y particular del Post (demostrar la ficción del déficit), que es la razón fundamental por la cual se menciona aquí, se le recomienda dar un vistazo al artículo que trae por título: “La economía sumergida como agresión al prójimo. Consecuencias del fraude en la vida diaria”. Además de la necesidad de cumplir el mandato del artículo 31 de la Constitución: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.

Teniendo en cuenta que a estas alturas son insuficientes los medianos humanos necesarios para corregir el fraude fiscal (según un informe publicado en 2009 por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, la AEAT contaba con 27.951 empleados públicos, dotación 8 veces inferior a la de los países avanzados de la UE; España era el país que menos gastaba en recaudar impuestos, 30 veces menos que Suecia). Es evidente que la adecuación de los medios humanos a las necesidades de Hacienda va a suponer la creación de nuevos puestos de trabajo, que no solamente no van a costar nada, sino más bien al contrario, van a aportar al Erario Público varías veces su coste.

¿Para quién es importante la creación de nuevos puestos de trabajo?

Para los parados que dejan de serlo, está claro. Pero no solamente para ellos. También para el resto de parados, porque no los tendrán como competidores cuando se creen nuevos puestos de trabajo. También para los que tienen trabajo, porque se aleja la posibilidad de que pierden su puesto de trabajo por el aumento de la actividad económica. Y si a pesar de todo lo pierden, porque tendrán menos competidores para encontrar un nuevo puesto de trabajo. También para los que se encuentran fuera del mercado de trabajo, jubilados y otros, porque el aumento de la actividad económica garantiza sus prestaciones. Y todo esto, sin tener en cuenta los beneficios que aporta a la sociedad la propia actividad, ni tampoco el efecto multiplicador del que ya se ha hablado en un post anterior.

Concluyendo: la creación de nuevos puestos de trabajo es importante para todo el mundo.


Valencià


sábado, 8 de octubre de 2011

Fuera de contexto

¿Con IVA o sin IVA?

Encargó la reforma de su casa. El albañil le preguntó:

¿Cómo quiere la factura, con IVA o sin IVA?”

Con IVA, evidentemente”, contestó. Y añadió: “A mí, por quien me ha tomado?”


Es funcionario jubilado, pertenece a las Clases Pasivas, y sabe que su jubilación se paga gracias a la recaudación de los impuestos. Es decir, que si no se recaudaran, no podría cobrar la pensión.

Siendo esto verdad, no es el principal motivo de la respuesta que dio.


Sabe que, si llega el caso de tener que reclamar judicialmente porque el trabajo no ha quedado como debe ser, difícilmente podrá hacerlo sin una factura debidamente rellenada, es decir, con IVA.

Siendo esto verdad, no es el principal motivo de su respuesta.


Cree saber que, si en una inspección que le hiciera Hacienda (muy improbable), se comprobara que no había pagado el IVA, le pondrían una multa.

Siendo esto verdad, tampoco es el principal motivo.


El motivo principal, la “madre” de todos los motivos se podría decir, es que no le hace ninguna gracia tener buenas razones para pensar de él mismo que es un sinvergüenza.


Porque a él no puede engañarlo.


Porque de él no puede alejarse.


Porque,

¿Donde podría esconderse para no oírse decir, a si mismo:

¡Qué poca vergüenza tienes! Sabes que la deuda con Hacienda es como la que tienes con el albañil que te ha hecho el trabajo. ¿Por qué pagas a uno si y a la otra no?


Y también, porque, ya en el camino de la bellaquería, decidido a ser un sinvergüenza, lo menos que podría hacer es comportarse de manera coherente.

Puesto a no pagar, no hacerlo a nadie.

Ni a Hacienda, ni tampoco al albañil.


sábado, 1 de octubre de 2011

I.3 Ficción del déficit: I.3.2 Los ingresos

Continuación del tercer punto del post: “Verdades, mentiras y absurdidades (I)


En el tercer punto del post titulado “VERDADES”, se ha dicho que el déficit era una ficción, porque resultaba del enfrentamiento de unas magnitudes convencionales durante un periodo también convencional, es decir, que tanto las unas como el otro eran el resultado de un acuerdo o convenio. Acuerdo o convenio que, en general, no ha tenido en cuenta los condicionantes económicos por un lado, y por otro, que en cualquier momento se puede cambiar, determinando un déficit diferente, o incluso convirtiéndolo en superávit. Esto es lo que se va a ver en este post referido al componente “ingresos”.

Cómo los principales ingresos del Estado son los impuestos, éstos son los que van a constituir el objeto del estudio. Y no todos ellos, sino sólo los que se consideran más significativos. Porque no se trata de hacer un estudio a fondo de los impuestos, sino sencillamente una aproximación al problema.

Primero se estudiará de donde proceden los impuestos actualmente en vigor. A continuación se comprobará como se recaudan realmente los que se encuentran en vigor en la actualidad.

La reforma fiscal que se decía necesitaba la Hacienda Española para dotarla de equidad y eficacia, y a la vez modernizarla, se hizo entre 1977 y 1978, aprovechando el consenso de la transición democrática materializado en los Pactos de la Moncloa. A partir de los mismos, se puede decir que la política fiscal quedó basada fundamentalmente en tres impuestos: uno sobre la renta, otro sobre el patrimonio y un tercero indirecto (IVA), siendo progresivos los dos primeros y proporcional el último, aunque en su caso con diferentes tipos y exenciones como ocurre con los servicios bancarios.

Desde entonces, los mencionados impuestos han evolucionado de la siguiente manera: en cuanto al de la renta, un contribuyente que ganaba 300.000€ al año pagaba un 37% menos en 2008 que en 1993, otro que ganara 50.000€ veía reducida su aportación fiscal un 2,3% en el mismo período. En cuando al tratamiento fiscal de los ahorros y de las plusvalías, pasaron, de formar parte del impuesto general, y por lo tanto, de participar en las tasas y carácter progresivo del mencionado impuesto, a tributar a un tipo fijo entre el 19% y el 21%, por debajo incluso del mínimo para la renta general (24%). En lo que concierne al impuesto sobre el Patrimonio, se suprimió de hecho por la Ley 4/2008, con vigencia desde el 1 de enero de 2008. Por el contrario, se subió el IVA por la Ley 26/2009, de Presupuestos Generales del Estado para 2010, a partir del 1 de julio, pasando el tipo general del 16% al 18% y el tipo reducido del 7% al 8%. Las exenciones quedaron como estaban.

En cuanto a la eficacia en la recaudación de los impuestos en vigor, aunque, como es natural, el fraude fiscal no se conoce con exactitud, se le calcula alrededor del 25% por procedimientos indirectos como el consumo de gasóleo, de electricidad, los coches que se venden, etc.

Desde el punto de vista económico, también como un tipo de fraude hay que considerar los robos, sobre todo cuando se convierten en bastante habituales como ocurre en la actualidad. En efecto: cuando una tienda, pequeña o grande, continúa con el negocio y no cierra a pesar de los robos que sufre, es porque consigue compensarlos y obtener beneficios suficientes como para que le valga la pena continuar. Dicho de otro modo: consigue trasladar a sus clientes al menos una parte del importe de los robos, como si de un tipo de IVA se tratara. Por otro lado, como los mencionados robos no incrementan los beneficios, Hacienda no puede gravarlos, y aquí aparece su carácter de fraude fiscal.

Desde el mismo punto de vista económico, una determinada clase de robos, los que se producen en el campo, resultan verdaderamente nocivos, a pesar de su habitualmente reducida cuantía, por sus extensos efectos negativos sobre la economía, que no se limitan al importe de lo robado, quizás por la escasa o nula capacidad de traslado de los campesinos respecto a los comerciantes. En alguna manera, el abandono de una buena parte de los campos que se ven sin cultivar, y la merma de actividad que supone con el consiguiente daño para la economía y para la recaudación fiscal, encuentra su explicación en el desánimo de los que, no sólo tienen que soportar la rebaja de precios que les imponen los intermediarios, sino que, además, ven las cosechas esquilmadas por quienes se llevan bonitamente los frutos del esfuerzo ajeno. Llegados a este punto, considero oportuno contar la siguiente reflexión, de indudables tintes económicos, que escuché en una conversación entre labriegos: “Los robos en el campo se tienen que castigar. Porque si no se castigan, todo el mundo querrá robar y nadie sembrará. Y cuando nadie siembre, no habrá nada que robar. Y el pueblo se empobrecerá”.

sábado, 24 de septiembre de 2011

I.3 Ficción del déficit. I.3.1 El ciclo

Continuación del punto 3 del post: Verdades, mentiras y absurdidades (I)

La primera cosa que voy a decir es que no hay ningún inconveniente en aceptar el equilibrio presupuestario, es decir, en aceptar que es bueno que el déficit sea cero. Incluso se puede considerar que todavía mejor que un déficit cero es un presupuesto con superávit en lugar de deficitario. Y esto porque el déficit, el equilibrio y el superávit del presupuesto son entes que no existen en el mundo real, y si no se concreta más, no tienen ninguna significación económica. Son ficciones, figuraciones, que se pueden crear al gusto de cada cual. Lo único que se tiene que hacer para conseguir que sean una cosa u otra es manipular adecuadamente, es decir, según convenga, sus componentes. Porque aquí, en el tratamiento de los elementos que componen la ficción, elementos que sí que tienen existencia real, se encuentra el secreto.

Si se quiere hacer un trabajo serio, o sea, conseguir que el déficit, el equilibrio o el superávit del presupuesto tengan significado (sin olvidar que nunca perderán su naturaleza de ficciones), se tiene que entrar en aquello que es realmente importante: la selección y análisis de los elementos que intervienen en su composición. Elementos constituidos por todo aquello que por convenio se consideran ingresos, todo aquello que también por convenio se denominan gastos, y el periodo de tiempo durante el cual conviene que se enfrentan los ingresos y los gastos. Empezaré por este último, es decir, el ciclo o periodo de tiempo del enfrentamiento.

El periodo de tiempo durante el cual se acuerda enfrentar los ingresos y los gastos puede ser cualquiera: el día, la semana, el mes, el año, etc. Ahora bien: si lo que se quiere hacer es un estudio económico, se ha de tomar un periodo que tenga significado económico.

La economía se mueve por periodos de tiempos denominados ciclos económicos, que suelen tener una duración variable, entre diez y veinte años, a veces más, pero de los que no se sabe que nunca hayan coincidido con el año natural.

Los ciclos económicos, con sus características fases de expansión o apogeo y posterior crisis o depresión, han existido siempre, y los humanos, desde hace miles de años, han tratado de evitar sus efectos más perversos, como testimonia el Libro de los libros, es decir, la Biblia, en el siguiente resumen del pasaje del Génesis, capítulos 41 y siguientes:

El Faraón de Egipto soñó que salían del río siete vacas hermosas y lustrosas que pastaban en el prado y eran devoradas por otras siete, feas y delgadas, que salieron detrás de ellas; también, que siete espigas de trigo llenas de gruesos granos crecían en una sola caña, que después nacían otras siete, esmirriadas y abatidas por el viento, que devoraban a las siete primeras.

José, a petición del Faraón, interpretó el sueño: “quiere decir, que vendrán primero siete años de abundancia seguidos de otros siete de hambre, que será tanta, que se olvidará totalmente la abundancia de los años pasados”.

Por lo tanto”, recomendó José, “haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de abundancia. Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto, y el país no perecerá de hambre.”

Las cosas se hicieron tan bien en Egipto, que no sólo tuvieron comida para los egipcios durante los años del hambre, sino también para vender. Y como el hambre llegó hasta la tierra de Canaan donde vivía la familia de José, y también la noticia de que en Egipto vendían comida, Jacob, el padre, envió a sus hijos, hermanos de José, a comprarla.

En las líneas anteriores se puede observar un antiguo tratamiento de las fases del ciclo, rudimentario si se quiere, pero tratamiento al fin y al cabo. Consiste, como era lógico esperar, en guardar durante los años de abundancia o auge para poder gastar o consumir durante los años de crisis.

Principales características de las fases del ciclo económico, resaltando en mayúscula y negrita los aspectos negativos de cada una de ellas:


AUGE o APOGEO:

- máxima actividad de los negocios

- plena ocupación

- subida de los precios = INFLACIÓN


CRISIS

- contracción de los negocios

- reducción del empleo = PARO

- bajada o mantenimiento de los precios


Desde el punto de vista económico, la actuación lógica de los organismos públicos debe consistir en adoptar una política anti cíclica, es decir, gastar menos de lo que se recauda en los tiempos de abundancia y más en los tiempos de escasez. Porque, si no lo hacen así, y basándose en el equilibrio presupuestario anual, gastan cada año de acuerdo con lo que ingresan, lo único que se consigue es agravar los problemas de INFLACIÓN y PARO en las respectivas fases.

En fin, por poner un ejemplo, es fácil imaginar lo que habría pasado en el antiguo Egipto si el Faraón, desoyendo las recomendaciones de José, hubiera adoptado una política de equilibrio presupuestario anual en los tiempos de las vacas gordas y flacas de la cita del Génesis de más arriba.

Conclusión: equilibrio presupuestario, de acuerdo. Pero a lo largo del ciclo económico, no año natural a año natural.

Valencià


sábado, 17 de septiembre de 2011

I.1 Origen de los puestos de trabajo

Continuación del punto 1 del post: “Verdades, mentiras y absurdidades (I)


Entre las actividades humanas, se pueden distinguir unas donde el fin son las mismas actividades y otras cuyo objetivo consiste en actuar sobre las cosas de la Naturaleza para aplicarlas a la satisfacción de las necesidades humanas.

Las primeras suelen recibir las calificaciones de “aficiones”, “actividades de ocio”, etc., mientras que las segundas se denominan de manera genérica “trabajo”. Conviene aclarar que no suele ser el tipo de actividad el que las diferencia, sino la actitud de la persona ante ellas. Tomemos el ejemplo de un pescador de caña: si pesca por el gusto de luchar contra el pez y una vez vencido y en su poder lo devuelve al agua, estamos en el primer caso: se trata de una genuina afición o actividad de ocio donde la finalidad se agota en ella misma. Si, por el contrario, guarda los pescados para la cena o para venderlos en el mercado, nos encontramos ante el segundo caso: lo que hace es un trabajo, porque el fin de la actividad, consistente en obtener un dinero o satisfacer la necesidad de alimentarse, se encuentra fuera de la propia actividad. Lo cual no impide, de ninguna manera, que el segundo pescador disfrute de la pesca tanto o más que el primero.

En las líneas que siguen, se entiende por “trabajo” la actividad de las personas que consiste en actuar sobre las cosas de la Naturaleza para aplicarlas a la satisfacción de las necesidades humanas.

Cómo que el objetivo del trabajo es satisfacer las necesidad humanas y estas son prácticamente infinitas(*), es evidente que no es trabajo precisamente lo que les puede faltar a las personas: siempre quedarán aspiraciones que no podrán ser atendidas, porque la limitada capacidad de hacer, es decir, de trabajar, no permite alcanzarlas.

Las necesidades humanas son infinitamente variadas. Si cada sujeto tratara de atenderlas, todas ellas, directamente con su trabajo, es decir, si cada individuo tratara de cultivar el trigo, molerlo, amasar la harina, cocer al horno el pan que se tiene que comer, e hiciera lo mismo con los zapatos que se tiene que poner, y con la ropa, etc., el resultado sería realmente desastroso: a duras penas alcanzaría a atender unas pocas de las necesidades más elementales.

En el desarrollado y complejo mundo económico actual, cada uno se dedica a trabajar en una cosa: el labrador cultiva el trigo, el molinero lo convierte en harina, el panadero amasa la harina y cuece el pan, y el resto de los ciudadanos la única cosa que tiene que hacer es ir al horno y llevárselo a casa a punto de comer. Y lo mismo ocurre con el resto de cosas: los zapatos, la ropa, los libros, la diversión, ya sea en forma de cine, teatro, baile, etc. Y se hace así porque el rendimiento es mucho mayor, si cada uno se dedica a una sola cosa, que si todos tratan de hacer todo.

¿Cómo se consigue, haciendo una sola cosa, atender unas necesidades que requieren productos y servicios infinitamente diferentes? Intercambiando, la única cosa que hacemos, por la multitud de productos y servicios que elaboran otros.

Utilizando un símil, se puede decir que todo el mundo aporta el resultado de su trabajo a una especie de gran almacén, donde le dan a cambio unos bonos (el dinero), que cambia por la infinita variedad resultado del trabajo del resto de los componentes del sistema económico. Y así se cierra el círculo.

Pero la complejidad del sistema económico no debe hacer que se pierda de vista la cuestión esencial: la única razón de ser de la actividad humana calificada de económica, el origen del “trabajo”, es atender las múltiples necesidades que todos los humanos tenemos, mediante la producción y el posterior consumo de bienes y servicios de todo tipo.

Dicho de otro modo: en las necesidades humanas se encuentra el origen del trabajo, y cuando se trabaja se accede a los medios que permiten satisfacer las mencionadas necesidades.


*) Maslow agrupa las diferentes necesidades que tiene que cubrir todo el mundo en la denominada “Pirámide de Maslow”, que se puede resumir en los tres escalones o niveles siguientes:

- Necesidades básicas (fisiológicas y de seguridad);

- Necesidades de emulación (adopción de los signos que identifican con los grupos a los que se pertenece como seres sociales);

- Necesidades del Yo (acceso a satisfacciones individuales, íntimas y personales.

Según Maslow, a medida que la persona consigue controlar las necesidades básicas, van apareciendo las necesidades de orden superior.

Ver “Pirámide de Maslow” en cualquier tratado o en INTERNET, por ejemplo: http://www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-es-la-piramide-de-maslow.


Valencià

sábado, 10 de septiembre de 2011

Verdades, mentiras y absurdidades (III)

Sobre verdades, mentiras y absurdidades en el mundo de la economía, voy a decir unas cuántas cosas que prácticamente todos sabemos, sólo que, quizás, no nos hemos dado cuenta. O bien, que el gran ruido al que nos someten los medios de comunicación, impidiéndonos razonar, ha hecho que arrinconemos al lugar más alejado de nuestro entendimiento.


ABSURDIDADES

SIENDO EL DÉFICIT UNA FICCIÓN y EL PARO UNA REALIDAD,”

Proponer medidas que pretenden paliar el déficit sin tener en cuenta si las mencionadas medidas aumentan el paro.


TODOS TENEMOS QUE ESFORZARNOS PARA SALIR DE LA CRISIS

¿Cuál es el tipo de esfuerzo que se pide a los parados? ¿Conformarse en continuar cruzados de brazos? ¿Esforzarse consiste en no hacer nada?


PARA ESTE PROBLEMA NO HAY MÁS QUE UNA SOLUCIÓN...”

Definición de Economía: “Es la ciencia que estudia la aplicación óptima de los recursos escasos susceptibles de uso alternativo”.

Todos los problemas económicos tiene al menos dos soluciones opuestas, y además, toda la gama intermedia que va desde la una hasta la otra. En la difundida y afortunada parábola de Samuelson, premio Nobel de Economía de 1970, “un país, que sólo puede producir cañones o mantequilla, puede dedicarse exclusivamente a la producción de cañones, o también producir sólo mantequilla, u optar por una combinación de ambas cosas”.

No pertenecen al mundo de la Economía los recursos que no son escasos, los que sólo tienen una aplicación y los problemas para los que no hay más que una solución.


NO PONER EL PARO EN EL NÚCLEO CENTRAL DE LOS DEBATES Y PREOCUPACIONES”

- Cuando es el problema económico real más grave, con mucha diferencia.

- Cuando es la solución de muchos de los otros problemas económicos, porque:

- más ocupación = más PIB = más ingresos = menos déficit,

- mejora de las cuentas de la Sanidad y de las pensiones,

- más recursos para mejorar la Educación,

- etc.


Valencià


sábado, 3 de septiembre de 2011

Verdades, mentiras y absurdidades (II)

Sobre verdades, mentiras y absurdidades en el mundo de la economía, voy a decir unas cuántas cosas que prácticamente todos sabemos, sólo que, quizás, no nos hemos dado cuenta. O bien, que el gran ruido al que nos someten los medios de comunicación, impidiéndonos razonar, ha hecho que arrinconemos al lugar más alejado de nuestro entendimiento.


MENTIRAS

EL DÉFICIT SE RESUELVE DISMINUYENDO LOS GASTOS”

- Seria verdad si fuera posible disminuir los gastos sin afectar a los ingresos.

- Pero resulta que el déficit es la diferencia entre gastos e ingresos.

- Si se disminuyen los gastos, echando a la calle trabajadores de la Sanidad por ejemplo, los mencionados trabajadores dejan de participar en los ingresos por impuestos directos e indirectos. Y el efecto multiplicador (*) acude a reforzar la disminución de los ingresos.

- La consecuencia es que sigue habiendo el mismo déficit o que incluso aumenta (**), y lo único que se ha conseguido es deteriorar la Sanidad Pública.

- Si se continúa por la misma vía, donde se llega es a caer en una especie de espiral diabólica (***): déficit = despidos = más déficit = más despidos = más déficit....

*) Una definición del efecto multiplicador: “Conjunto de incrementos que se producen en la Renta Nacional de un sistema económico, a consecuencia de un incremento externo en el consumo, la inversión o el gasto público”.

**) “Por otra parte, la reducción del gasto público que se está exigiendo reducirá el crecimiento económico y con ello los ingresos al Estado, en una cantidad que es idéntica a la que tales recortes intentan conseguir, con lo cual, el estado federal no conseguirá ningún ingreso o ahorro neto con los recortes.

Vicente Navarro, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra, articulo publicado en el periódico “Público” del jueves 11 de agosto de 2011 bajo el título “¿Por qué la crisis actual?”

***) “No solo hay un número ingente de estadounidenses en paro o subempleados, sino que por primera vez desde la Gran Depresión muchos trabajadores estadounidenses se enfrentan al panorama del paro de larga duración y quizá permanente. Entre otras cosas, el aumento del paro de larga duración reducirá la recaudación futura del gobierno, de modo que ni siquiera estamos actuando razonablemente en un sentido estrictamente fiscal”.

Paul Krugmann, premio Nobel de Economía de 2008, articulo publicado en el suplemento de Economia de “El País” del domingo 7 de agosto de 2011 bajo el título “Falsas preocupaciones”.


LAS EMPRESAS CREAN PUESTOS DE TRABAJO”

- El objetivo de las empresas es ganar dinero.

- Si una empresa puede ahorrarse unos euros sustituyendo diez o quince trabajadores por una máquina, no los contratará, y si ya los ha contratado, los echará a la calle. Trasladará la producción a Rumanía, o a China, o más lejos todavía, si puede conseguir una plantilla más barata. Sin importarle para nada lo que pueda pasar con los trabajadores que deja sin trabajo y sus respectivas familias.

- Podría poner muchos ejemplos, pero no es necesario; sencillamente, señalar que esta filosofía se encuentra en la misma esencia de la empresa capitalista, que cómo he dicho antes, se resume en una simple frase: ganar dinero, cuanto más, mejor.

- Hay maneras más amables de contemplar el papel de las empresas en la Economía (*), pero que, en lo que se refiere a los puestos de trabajo, no cambian las consecuencias para nada. Desgraciadamente.

*) “Las empresas no son instituciones benéficas. No es esa su función. La función de las empresas consiste en abastecer a la sociedad de bienes y servicios abundantes, baratos y de calidad. Como los factores de producción son limitados, las empresas tienen que abastecer a la sociedad de bienes y servicios abundantes, baratos y de calidad, con el mínimo coste, es decir, con el menor consumo posible de factores de producción. Dicho en otros términos: tienen que ser eficientes. Las empresas ineficientes son eliminadas por el sistema económico”.

http://economeries.blogspot.com/2008/11/rendibilitat-de-les-prctiques.html


PARA QUE SE CREEN PUESTOS DE TRABAJO TIENE QUE CRECER EL PIB”

- La verdad se encuentra precisamente en el lado contrario: uno de los principales orígenes del crecimiento del PIB es la creación de nuevos puestos de trabajo.

- El PIB es el producto total de los bienes y servicios de una economía. Aplicando la cláusula “ceteris paribus” y la lógica más elemental, si más son los que trabajan, mayor es la suma de los bienes y servicios que producen (*).

- No son los higos las que hacen las higueras. Son las higueras las que hacen higos.

*) Una definición de PIB (Producto Interno Bruto): “Es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un periodo determinado. Según uno de los métodos de cálculo, es la suma de los valores agregados de las diversas etapas de producción y en todos los sectores de la economía.”


EL PRINCIPAL PROBLEMA DE LA ECONOMIA ES EL DÉFICIT”

- Ni el déficit, ni la deuda, ni ningún otro que no sea el PARO (*).

*) “En estos momentos, la economía necesita desesperadamente un remedio a corto plazo. ...Cuando millones de trabajadores dispuestos y capaces están en paro, y se desperdicia el potencial económico al ritmo de casi un billón de dólares al año, uno quiere políticos que busquen una recuperación rápida en vez de gente que le sermonee sobre la necesidad de la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.

Paul Krugmann, premio Nobel de Economía de 2008, articulo publicado en el suplemento de Economía de “El País” del domingo 14 de agosto de 2011, bajo el título “La crisis secuestrada”.

Valencià

sábado, 27 de agosto de 2011

Verdades, mentiras y absurdidades (I)

Sobre verdades, mentiras y absurdidades en el mundo de la economía, voy a decir unas cuántas cosas que prácticamente todos sabemos, sólo que, quizás, no nos hemos dado cuenta. O bien, que el gran ruido al que nos someten los medios de comunicación, impidiéndonos razonar, ha hecho que arrinconemos al lugar más alejado de nuestro entendimiento.


VERDADES

EN EL MUNDO DE LA ECONOMÍA, HAY UN PUESTO DE TRABAJO PARA TODA PERSONA QUE QUIERE TRABAJAR”

Porque son las necesidades de las personas el origen del trabajo (*).

Cuando trabajamos, lo que hacemos es satisfacer las necesidades de las personas que disfrutan del producto de nuestro trabajo.

Con nuestro trabajo obtenemos los medios con los que, a su vez, también nosotros podemos satisfacer nuestras necesidades disfrutando del producto del trabajo del resto de las personas.

Y así se cierra el círculo.

*) Una definición de actividad económica: “Actividad humana que consiste en obrar sobre las cosas de la Naturaleza para aplicarlas a la satisfacción de las necesidades humanas”.


EN EL MUNDO DE LA ECONOMÍA, EL PARO ES UNA FIGURA ABSURDA, Y ADEMÁS, INDESEABLE”

Absurda:
- Porque consiste en negar a la persona el acceso a los medios que le permiten satisfacer sus necesidades.
- Porque consiste en negar a la sociedad los productos y servicios que el parado puede aportar.
- Porque la aportación de riqueza que el parado querría hacer y no hace, representa una pérdida absoluta e irrecuperable para toda la sociedad.

Indeseable:

- Porque, como nadie puede sobrevivir sin atender las necesidades más elementales, el parado sobrevive a costa de otros que trabajan: familiares, amigos, servicios públicos, caridad; incluso recurriendo al robo si no le queda más remedio.


EL DÉFICIT ES UNA FICCIÓN, NO UNA REALIDAD”

- Porque resulta del enfrentamiento de unas magnitudes convencionalmente calificadas de ingresos y gastos (*), durante un período de tiempo convencional (**).

Es evidente que, modificando cualquiera de las convenciones adoptadas, cambia el déficit, llegando incluso a convertirse en superávit.

*) Auténtica perla sobre el convencionalismo de la calificación de las magnitudes que conforman el déficit que he encontrado:
Por eso llaman “gasto” al dinero invertido en guarderías, o en salud, o en pensiones, pero califican como inversión a cualquier presupuesto empleado en infraestructuras, aunque sean tan inútiles como esos trenes AVE que hasta hace nada circulaban entre Toledo y Albacete.
Ignacio Escolar, artículo publicado al diario “Público” el día 15 de julio de 2011, bajo el título “El uso perverso de las palabras”.

http://www.escolar.net/MT/archives/2011/07/el-uso-perverso-de-las-palabras.html

**) Los términos “ingresos”, “gastos”, “convencional” y sus derivados, se utilizan en sentido contable estrictamente.

Valencià


sábado, 20 de agosto de 2011

Reanudación de las anotaciones

Moviment 15-M

Ya era hora!

Queridas lectoras, queridos lectores,

He decidido retomar la publicación del Blog. Entre otros motivos, uno fundamental: como una aportación más, la mía, al Movimiento 15M, con el que comparto buena parte de los planteamientos. Aunque a veces no lo parezca, el Blog continuará tratando el mismo tipo de temas y del mismo modo. Es decir, los diferentes temas tendrán contenido y serán contemplados en sus facetas económica y contable exclusivamente. Con un enfoque que, quizás, podrá parecer un poco heterodoxo, eso sí. Aunque compartido por otros muchos economistas, algunos de ellos premios Nobel incluso. Ya los citaré cuando llegue el caso.

Trataré de evitar los aspectos políticos, sociales y otros, no porque no los considero importantes (muy importantes habría que decir), sino porque este tipo de cuestiones, además de no pertenecer a mi especialidad, hay otros que las tratan profusamente, y sin duda, mucho mejor de lo que podría hacerlo yo. Y también, porque ya basta de considerar a la Economía como la mala de la película; ya está bien de tomarla como pretexto para justificar todos los entuertos que quieren hacer tragar a los que más sufren y menos culpa tienen de la situación actual.

Intentaré sacar al menos una publicación semanal, que, como antes, saldrá los sábados a primera hora.

Una novedad es que las comunicaciones no serán sólo en valenciano. Es decir, que no voy a utilizar la lengua valenciana exclusivamente como en la etapa anterior.

Procuraré condensar las ideas expuestas en cada uno de los posts para que no se alarguen demasiado, con objeto de no cansarme (ya soy muy mayor y me canso pronto), y no cansaros tampoco. Si consideráis que alguna de ellas requiere una explicación más extensa, decidlo. Y si no compartís los puntos expuestos, no dejéis de manifestarlo. Ya sabéis que de la discusión surge la luz de la verdad. De la que, en ningún caso, pretendo tener la exclusividad. Los primeros posts serán un tipo de índice de otros que vendrán después y servirán de ampliación y explicación de las diferentes cuestiones indicadas. Tendrán como título:

VERDADES, MENTIRAS Y ABSURDIDADES
(en el mundo de la economía, evidentemente)


Hasta el próximo sábado.

Valencià, Français